Blogia
A las 6 y pico

Instrucciones para soñar

Instrucciones para soñar A Cortázar, cómo no...

Lo primero es ocuparse de las necesidades fisiológicas, para que no estorben más adelante. Considero innecesario entrar en detalles al respecto. Detectar el exceso de ciertas materias innecesarias que ha acumulado el organismo, y deshacerse de ellas en el lugar adecuado y con la debida pulcritud, son cosas que probablemente no revisten gran dificultad para el lector avisado. No son asuntos agradables para hablar de ellos, pero recuerde, eso sí, que este paso es esencial.

Una vez hecho esto, prepárese para dormir. Póngase cómodo. El lugar ideal es una cama; la postura ideal es tumbado, ya sea boca arriba, de lado o boca abajo. Debe procurar que haya silencio, que no haga calor ni frío. Si es de noche, apague la luz. Si es de día, baje la persiana para que no entren los rayos del sol. Cierre los ojos.

En este momento, todas las preocupaciones y sinsabores del día se agolparán en su mente con saña. Se preguntará qué le indujo a decir unas palabras tan duras a alguien a quien aprecia, e imaginará mil consecuencias nefastas que pueden derivar de este hecho. Dará vueltas y más vueltas a los acontecimientos que ha vivido en la oficina; pensará en ese tal Pérez que no deja de joderle, sin duda porque envidia su puesto. Recordará que mañana tiene que llamar a su madre, a ver si se mejora de esa indisposición que tanto le preocupa, ojalá no tenga que pasar de nuevo por el quirófano, ya se sabe que a su edad estas cosas son delicadas... Mil ideas más revolotearán por su mente: por último pensará - esto siempre pasa, es imposible evitarlo - que debería dormir, pues necesita descansar para aguantar la dura jornada de mañana, y se angustiará porque no lo logra. Debe ahuyentar todas estas preocupaciones. No luche con ellas, afróntelas con una sonrisa y una actitud desenfadada. Mañana se arreglará todo. Y si no se arregla, que siga estropeado: la vida es así y, por suerte, cada día tenemos una tregua durante la cual el emperador puede olvidarse de sus preocupaciones de emperador para ser mariposa, y la mariposa puede dejar de lado sus tribulaciones de lepidóptero para convertirse en emperador.

Cuando su cerebro se haya librado de tan molestas visitas, respire hondo, cuente ovejitas si tiene costumbre, y déjese llevar al otro lado.

Ya está usted al otro lado. Se han trastocado las reglas del mundo cotidiano. Enhorabuena: usted se ha convertido en otra persona, y el mundo se ha convertido en otro mundo... ¿no es maravilloso?

Quizá se encuentre en un país de idílicos parques y gente sonriente. Quizá se encuentre en una habitación sin puertas ni ventanas donde hay una silla, dos duendes que escriben fórmulas matemáticas en la pared con sendos pinceles y un ratón que le dice cosas que no logra entender del todo. Quizá reaparezcan personas de su pasado, que hace mucho tiempo han muerto o han desaparecido de su vida. De su vida del otro lado, claro está. Es posible, también, que le persiga un orangután, que una muchedumbre reclame que le corten la cabeza, o que en un oscuro rincón se esconda un peligro misterioso, algo terrible e indefinido de lo que tiene que huir inmediatamente.

No se altere. Compruebe sus capacidades para actuar dentro de este mundo nuevo. Puede que sus miembros no le respondan como suelen hacerlo normalmente. Cuando quiera huir de un peligro, no podrá mover las piernas, o bien correrá a una velocidad vertiginosa, o bien echará a volar y llegará a una nube, y ahí encontrará, ahora sí, el país de idílicos parques y gente sonriente. No tenga prejuicios, ha dejado de existir lo posible y lo imposible, lo verosímil y lo inverosímil.

Déjese llevar, disfrute de las posibilidades que le ofrece la nueva situación: viva aventuras; explíquele a su abuelo todas esas cosas que quedaron sin decir cuando murió, y que dejó enterradas en su pecho royéndole las entrañas; sea rey, marinero, rico, pobre, asesino, monstruo, sabio. Sepa que esto no es una ficción, no es un capricho; usted es rey, marinero, rico, pobre, asesino, monstruo o sabio. Lo ha sido siempre. Demuéstrelo.

Javi (2003)

6 comentarios

adrian -

Hola.
Me llamo Adrian y huelo mal. Soy un tipo con muchos granos en la cara (por no decir los que tengo en las ingles).
Por las noches sueño con que me sale un grano en la punta de la nariz, y cuando me despierto, resulta que lo tengo en las ingles. De noches me despierto 15 veces, por mi terrible olor corporal (a choto). Y lo peor es que aparte de ser granudo y apestoso soy feo y estoy como un palillo chino.
Hablando de mis sueños, sueño que me estoy duchando y yo le tengo panico al agua de la ducha, es mi peor pesadilla. Cuando tengo un buen sueño, sueño con que me estoy revolcando en el barro con mi amigo Juan Jose (el cerdo mayor) y de un morreo que le meto se me peta un grano en su cara y yo se la ensalivo.
Me gusta mucho sacarme la pelusilla del ombligo y metermela en la boca y utilizarla como un chicle. Aunque si no hay pelusilla en mi ombligo me como la pelusilla del ombligo de mi amigo Juan Jose.
Me gusta descargarme el filezilla antes de irme a dormir, y con el me limpìo el pompis cuando hago de vientre.
Me gusta mucho mi vida, no la cambiaria por ninguna.
¡Besitos a todos! Que tengais felices sueños.

Adri

mar -

Muy, pero muy lindo... esta noche voy a ser princesa... o novia del marinero... o feliz... :)

chus -

Javi, grande, eres grande, y lo mejor de todo es que te agrandas desde la pequeñez de tu humildad. Un lujo de los tuyos, amigo pakijavi, alta joyería, sin necesidad de oro, diamantes, o perlas.

Un abrazo, un beso, y hasta te hago la ola, campión.

PABLO -

ups. Era yo, pablo. Pero será que en el sueño era tu.. o no.. o sí.. no sé... Qué raros son los sueños

Pakito el de los bichos -

Gracias, ¿Pakito?

Pakito -

Pakito, eres un genio, tío.

Me ha gustado mucho. Esta noche, al acostarme, voy a proponerme volar, ea.